sábado, 28 de febrero de 2015

Un mundo espiritual

¿Tenemos realmente alma, y nuestro cuerpo es un recipiente? ¿o solo somos uno?. Menudo problema el del alma...
Primero nos genera tres dudas ¿por qué uno está muerto y otro vivo, y sin embargo físicamente están iguales?, ¿por qué el humano es tan distinto del resto de los animales? y ¿por qué somos libres?
Para mí resulta difícil opinar, ya que todas, en parte, tienen razón. Platón con la posibilidad de la trascendencia, Aristóteles con las tres almas, y Descartes con la libertad. Y también los monistas, con que si cambia nuestro cuerpo, cambiamos nosotros, y que no nos podemos reducir a un individuo en un grupo. (Ya sé que son antagónicos, no se puede creer y a la vez no)
Yo opino que existe una mezcla. Creo en la existencia del alma, pero también es cierto que funcionamos distintos solos y grupo. Según Descartes, todo el cuerpo tiene su paralelo, salvo una glándula en el cerebro, que conecta con el alma. ¿Es posible que al estar en grupo, esta conexión se vea alterada?¿que cambien nuestras acciones por la interferencia de unas almas con otras?.
Yo lo observo en clase. Hay personas que son buenas y no quieren perjudicar a nadie, pero en el grupo cambia. Empiezan a hablar, y no lo pueden evitar. Molestan al profesor y les regaña, pero siguen. Pero también se les puede corregir. Un alma adulta, o simplemente más fuerte, puede corregir a su gusto esta interacción de ánimas. Puede provocar el silencio, o más ruido. Unas almas corrigen a otras, y se establece una jerarquía, como en una manada de lobos.
Y por supuesto, si en grupo la conexión se altera, al ser dañado nuestro cuerpo también. El ejemplo sería el de Phineas Gage, que al dañarse su cerebro también se interrumpiera la interacción cuerpo-alma.
¿Y por qué almas y no solo cuerpos?, porque somos libres, porque existe la elección. Somos almas capaces de elegir. Y los animales y las plantas no, por lo que, o tienen un alma primitiva, o no tienen. O es posible que de las tres almas, la racional sea libre y que la vegetativa y la sensitiva sean mortales.
Y nuestra diferencia entre animales y seres humanos. Es posible que el mundo real también altere al espiritual. Que al evolucionar nuestro cuerpo y nuestra inteligencia también que evolucionase nuestra alma. ¿Y si el mundo espiritual hubiese creado el mundo real para evolucionar, y que luego volvamos al cielo porque no hay más que hacer aquí?

En resumen, creo en una hipótesis, resultado de una mezcla entre Descartes y el emergentismo (curioso, porque son antagónicos, uno defiende que existe el alma y otro no). También influye Platón con la trascendencia, Aristóteles con las tres ánimas y el materialismo. Esto me genera más dudas que respuestas, ¡Qué dolor de cabeza!
Freud o no Freud, he ahí la cuestión

Yo creo sinceramente que Freud tenía razón. Creo que existe un subconsciente que nos controla.
¿Alguna vez habéis sentido miedo cuando no debíais?, ¿u os habéis puesto nerviosos diciéndoos a vosotros mismos que es mejor estar relajado?. ¿Por qué sentimos estas emociones? Aquí es donde aparece el subconsciente. Nos envía mensajes de peligro, aparentemente sin motivo ninguno. Y os preguntaréis: ¿por qué no es un hábito? porque no lo podemos cambiar, y no sentimos una recompensa con el miedo o la histeria, sino más bien lo contrario.
También el subconsciente aparece en los sueños. ¿Cuántas veces os habéis dormido con una preocupación? En momentos de duda, que no sabemos qué hacer o cómo nos sentimos, el inconsciente nos lo dice. Nos cuenta cómo resolver nuestra inquietud, y luego decimos: ¡pero qué tontería!
Y no digamos ya en nuestras costumbres. Los hábitos que dicen los conductistas, realmente los maneja el subconsciente. Cuando aprendes a conducir, a cocinar, a leer o escribir, al principio estamos atentos a cómo lo hacemos. Mediante la repetición, lo grabamos en la memoria, y se hace automático, pero no tiene por qué haber un estímulo que nos haga repetirlo, puede ser por obligación, y aun así lo aprendemos.
Otra prueba de que el subconsciente existe: nuestros lapsus. A mí montones de veces me ha pasado que quería decir una palabra y sale otra, o que me hacen una pregunta que sé, pero contesto mal, pienso una cosa y digo otra... ¿que nos quiere decir el inconsciente con esto? Nos lanza mensajes, pero a veces tan codificados, tan complejos, que nuestro consciente, nuestro yo, no lo entiende.
Y no hablemos ya del Complejo de Edipo. Aparece a la edad de unos 6 o 7 años, y nos cambia radicalmente. Pasamos a ver a mamá y a papá como unos héroes, y les intentamos imitar en todo. Las niñas, empiezan a llevar bikini, y los chicos bañador. Interiorizamos las leyes morales para rivalizar con nuestro padre o madre para conseguir al adulto del sexo opuesto al nuestro, se crea el superyó. Y para quien diga que no existe, que se pare un momento e intente imaginar a sus padres desnudos y haciendo el amor, y descubrirá que no puede. Es el Complejo de Edipo.

Pero, después de toda esta charla, opino que esto es tan abstracto que ni Freud puede llegar a explicar totalmente nuestra conducta. Las posibilidades son infinitas, y cada persona es un mundo. Sus genes, sus recuerdos, sus experiencias vividas, su entorno... hay tantas cosas que nos distinguen a unos y a otros... y que pueden alterar a nuestro subconsciente... que todavía queda camino por recorrer y averiguar la naturaleza humana. Pero creo que Freud tenía razón, y gracias a él hemos empezado a descubrir nuestra realidad.

domingo, 1 de febrero de 2015

Podemos, ¿el futuro de España?

Podemos, un partido político que actualmente promete un cambio para bien y que va descubriendo las mentiras del resto, pero... ¿se puede confiar en él?
Para empezar, Podemos ofrece la utopía del país con los mismos argumentos que el resto de partidos políticos(educación y sanidad públicas de calidad, derecho al trabajo, un hogar para todo el mundo...). Pero la historia nos enseña que el régimen que quieren establecer en España haría que nos empobreciésemos. Solo hay que fijarse en Cuba, China o Corea del Norte, con gobiernos comunistas, con habitantes muriéndose de hambre, sin libertad de ningún tipo, la propiedad privada no existe y el poder del pueblo al final acaba en los líderes del gobierno. ¿Y esto es lo que quieren los españoles?
Y además quieren cerrar la frontera de libre comercio con Estados Unidos y abrir una nueva con Hispanoamérica. Y qué casualidad que Pablo Iglesias tenga una relación de amistad con Maduro, el presidente de Venezuela y también comunista. Este hecho a mí me hace pensar que este movimiento es por interés común y no para favorecer al pueblo.
También hace poco salió en las noticias que Juan Carlos Monedero recibió 400.000 euros en dos meses y prometió mostrar de dónde los sacó, pero ahora resulta que lo ocultan, y son ellos quienes prometen un ejercicio de transparencia que, al final, no cumplen. Se les da muy bien sacar los defectos de los demás, pero los suyos...
Y desean la república del país, cuando lo mejor puede ser que tengamos un rey. El rey representa una ideología neutra y ha sido criado y educado para representar de la mejor forma posible a nuestro país. Y también le aceptarán mejor en el extranjero que a un político con ideales extremistas.
Y como no, Pablo Iglesias apoya la decisión de la nación, aunque sea el independentismo. Por supuesto no se le puede impedir a nadie el elegir, puesto que es un derecho de la población, pero en estos casos el partido gobernante debería buscar la unión de los habitantes, la unión hace la fuerza, para poder luchar contra los obstáculos, como la crisis.
Un último punto, pretenden legalizar las armas. Los ciudadanos ya pagan unos impuestos para que la policía se encargue de mantener el orden social. Pablo Iglesias explica que el pueblo debe poseer todos los poderes, hasta los de la violencia. Pero un arma no es un derecho, es una responsabilidad. Si se accede a las armas más fácilmente, es posible que la delincuencia aumente.


En conclusión, yo no votaría a Podemos. Prometen cambios que en mi opinión no harán prosperar al país, sino que lo empobrecerán, y esto me pasaría con cualquier partido que represente un extremo. Porque obcecarse con unos ideales y no escuchar las necesidades de los demás representa justo lo contrario a la democracia.